jueves, 14 de abril de 2011

UN JUEVES CUALQUIERA


Hoy es jueves, un día normal, un día de esos que ni siquiera aparecen de color rojo en el calendario. A pesar de eso hoy no es un jueves cualquiera, hoy es jueves 14 de abril de 2011, y aún siendo un día de color negro en el calendario hoy tenemos mucho que celebrar y reflexionar.
Tal día como hoy hace 80 años en el Ayuntamiento de Éibar se izaba de nuevo la bandera republicana. Fue un sueño fugaz pero intenso, nuestra II Republica paso por gobiernos conservadores y progresistas, por fin el sufragio era universal, por fin todos tenían derecho a voto, por fin parecía estar terminando el sometimiento de las clases más bajas, pero este sueño se apagó el 18 de julio de 1936.
El fin último de esta reflexión no es dar una lección de historia, ni convencer a nadie de nada, para lo primero ya están los libros y la numerosa información q podéis encontrar en internet, y para lo segundo ya están los medios de comunicación, algunos de los cuales ni siquiera han mencionado el significado de la fecha de hoy.
Todos sabemos que la situación que vivimos ahora no es comparable a la de 1931, por supuesto que no, quien mas y quien menos tiene un techo donde dormir y un plato de comida caliente a diario en la mesa, y si tienes la suerte de tener trabajo en estos tiempos que corren incluso te puedes permitir algunos vicios, cosa inimaginable en aquella época. Vivimos sumidos en un sueño profundo y para despertarnos de él ha tenido que llegar una crisis internacional del sistema capitalista, pero el letargo ha sido demasiado largo y no es fácil despertar de un sueño tan profundo. Parece que día a día somos más los que estamos convencidos de que algo falla en este sistema, desde arriba nos quieren hacer creer q el problema somos nosotros, q nuestras exigencias son demasiadas, que debemos trabajar más años, y mas hora semanales, que el estado del bienestar por el que lucharon, y digo lucharon en pasado y con la vergüenza que me da el no haber sabido defenderlo, nuestros padres y abuelos es insostenible y toda una sarta mayor de mentiras. Quiero creer q todos estamos convencidos de que el problema real son ellos, y sé que todo esto sonara a demagogia, pero es la pura realidad.
Yo no hablo de una revolución sangrienta, de quemar iglesias, palacios y palacetes, no hablo de exilios para los monarcas, duques, condes, marqueses, etc. Eso se lo dejaremos a los republicanos de barra, que solucionan el mundo delante de un vino en el bar. Yo hablo de una insurgencia civil pacífica y organizada.
Muchos diréis, ¿ a santo de qué nos sueltas ahora este rollo?. Pues lo suelto porque creo que hay motivos de sobra:
-          Hay motivo para una Republica porque creo que nadie es superior a mí ni a nadie por razón de su sangre, supuestamente azul, y hablo de nuevo de reyes, duques, marqueses, etc. Y también por que dudo q su linaje sea superior al mío o al de otro teniendo en cuenta que sus antepasados tenían descendencia casándose y procreando entre miembros de la misma familia. ¿Ellos critican el matrimonio homosexual cuando vienen de una estirpe que procreaba realmente contra natura solo con el fin de ampliar sus posesiones?
-          Hay motivo para una Republica porque creo que tenemos derecho a decidir quién es el Jefe del Estado al que pertenecemos, y que este no tiene por qué ser elegido a dedo por un gallego bajito con muy mala ostia (en nuestro caso). Todos estamos de acuerdo en que la monarquía parlamentaria fue respaldada por los votantes de nuestra actual constitución, en la creación de la cual participaron la mayoría de los partidos políticos incluidos algunos republicanos, pero la coyuntura social y política del momento  no permitía salirse demasiado de la norma. Pero nuestra situación actual es diferente, 30 años después, es momento de una Transición real, total, sin tapujos y sin miedos.
-          Hay motivo para un Republica porque esta traería consigo un estado federal, en el que todos podríamos seguir colaborando con todos, pero en el que nadie se tendría que avergonzar de defender pacíficamente y por la vía de la palabra los intereses de su nación, ya sea gallega, vasca, catalana, andaluza, castellana u otras, a la vez que se defienda un Estado español que la historia demostrará que es totalmente viable, pero no a costa de las naciones que lo integran.
-          Hay motivo para un República porque creo(o quiero creer) que esta traería consigo un despertar social, un cambio radical, un nuevo reparto de la riqueza, más o menos equitativo, y un sistema más justo, se que suena a utopía pero necesito pensarlo.
La verdad es que me podría alargar muchísimo, hablando de nuestro injusto sistema electoral, del reparto del territorio (¿sabíais que porcentaje de población tiene mayor porcentaje de tierras? Pues investigad en wikipedia si os interesa) y de muchas cosas más pero este va a ser la primera reflexión de este humilde blog y quiero que me sigáis leyendo bajo la promesa de que el próximo no será de tintes políticos, así que no quiero ser pesado. Os agradezco que os hayáis leído esta sarta de lo que quizás sean tonterías o simples cavilaciones de un humilde servidor, pero bueno. Sed vehementes conmigo que es la primera vez. Por cierto, se de buena tinta que esto tal vez lo leerán algunos “profesionales” del mundo escrito, me gustaría q me dierais opiniones de las tonterías que escribo, serán bien recibidas, pero en privado.
Aquí os dejo un poema que me gusta y que casa bastante bien con esto que he dicho:
Vientos del pueblo (Miguel Hernández)
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

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